El ejercicio del liderazgo en el ámbito educativo ha experimentado una evolución marcada por los paradigmas moderno, postmoderno y transmoderno, especialmente en contextos como el colombiano, donde la tecnología ha jugado un papel determinante. Es importante conocer cómo se ha desempeñado el gerente como líder educativo en estos paradigmas y las líneas de acción que debe considerar en un contexto tecnológicamente dilatado:
- El liderazgo educativo en el paradigma moderno se caracterizaba por estructuras jerárquicas y un enfoque en la eficiencia y efectividad de los procesos educativos. La autoridad del líder se percibía como esencial para la gestión y control de las instituciones educativas.
- Este paradigma postmoderno cuestiona las estructuras tradicionales y promueve la diversidad, la inclusión y la colaboración. El líder educativo comenzó a ser visto como un facilitador del cambio y la innovación, enfocándose en la construcción colectiva del conocimiento y la adaptabilidad a las necesidades emergentes
- Los líderes educativos en el paradigma transmoderno buscan integrar la sabiduría de los paradigmas anteriores, promoviendo una visión holística e integradora. En este sentido, el liderazgo implica fomentar la transformación social y personal, así como responder creativamente a los desafíos globales y locales
La tecnología ha redefinido el liderazgo educativo, requiriendo de los líderes una comprensión profunda de cómo la tecnología puede ser utilizada para mejorar los procesos educativos y promover la innovación. Sobre la modernidad y postmodernidad en Colombia, en el contexto de Latinoamérica, sugiere que los líderes educativos deben ser conscientes de las dinámicas socio-políticas y culturales que impactan la educación, y deben estar preparados para abordar los desafíos y oportunidades que surgen en este escenario.
Líneas de Acción:
- Los líderes educativos deben estar al frente en la adopción de tecnologías emergentes que pueden mejorar la enseñanza y el aprendizaje.
- Fomentar la colaboración entre los diferentes actores involucrados en la educación, promoviendo una cultura de participación y feedback continuo.
- Promover la formación continua para estar al día con las tendencias educativas y tecnológicas emergentes.
- Establecer vínculos sólidos con la comunidad, entendiendo sus necesidades y aspiraciones, para construir un proyecto educativo inclusivo y relevante.
Como investigadora en el ámbito educativo, mi experiencia y observación me llevan a afirmar que el papel del gerente de las instituciones educativas ha evolucionado significativamente en cuanto a la gestión de la información, el aprendizaje y el conocimiento, especialmente al atravesar los paradigmas de la modernidad, la postmodernidad y la transmodernidad.
En la modernidad, la gestión del conocimiento en las instituciones educativas se enfocaba en un proceso sistémico que convertía las experiencias de los empleados en aprendizajes para alcanzar los objetivos corporativos. Sin embargo, este enfoque ha ido cambiando hacia la innovación y el aprendizaje organizativo, resaltando la importancia de la toma de decisiones gerenciales basadas en la gestión del conocimiento.
Con la llegada de la postmodernidad, se hizo evidente la necesidad de responder a un proceso de globalización e inclusión tecnológica con estrategias innovadoras. Esto implica una comprensión más profunda de los procesos educativos que permiten mejorar y desarrollar nuevas formas de conocimiento. En este sentido, la gestión de la información y el conocimiento se convierte en una vía para potenciar el aprendizaje colectivo y elevar la calidad de los procesos académicos.
En el contexto de la transmodernidad, los desafíos se centran aún más en el manejo de la información y el conocimiento frente a las rápidas transformaciones tecnológicas. Aquí, la función del gerente educativo debe ser proactiva, orientada a la creación de redes de conocimiento y al fomento de la innovación como mecanismos clave para la mejora continua de la calidad educativa.
Mirando hacia el futuro y basándome en los estudios de Andrés Oppenheimer, veo que la educación debe ser una base para el progreso, en donde la ciencia y la tecnología juegan un papel crucial. Oppenheimer propone claves para el progreso educativo, como mirar hacia el futuro, hacer de la educación una tarea de todos, y medir el PIB educativo. Además, enfatiza la importancia de formar buenos maestros, ofrecer incentivos salariales basados en el rendimiento y crear pactos nacionales para reformas educativas a largo plazo.
En el contexto colombiano, estos enfoques implican un compromiso con la calidad educativa y una visión de liderazgo que trascienda el aula. Los líderes educativos deben ser capaces de inspirar a los docentes y estudiantes, fomentar la adaptabilidad y estar dispuestos a aprender de otros contextos internacionales. La propuesta de Oppenheimer de forjar una cultura familiar de la educación, romper el aislamiento educativo con intercambios internacionales y atraer inversiones en alta tecnología, son también relevantes para Colombia.
Los retos para el siglo XXI, por tanto, implican no solo una gestión eficiente de la información y el conocimiento sino también la capacidad de adaptarse y liderar en un contexto de cambio constante. Los gerentes educativos deben ser visionarios y pragmáticos, capaces de implementar estrategias innovadoras que respondan a las demandas de una sociedad en constante evolución tecnológica y cultural.
¿Cuáles serían las cualidades que debe reunir el gerente en la era transmoderna?
Las cualidades que un gerente debe reunir en la era transmoderna, especialmente en el campo de la educación, son multifacéticas y requieren un enfoque holístico que abarque tanto habilidades técnicas como interpersonales:
- Adaptabilidad: En un mundo donde la tecnología y las circunstancias cambian rápidamente, el gerente debe ser capaz de adaptarse y reaccionar proactivamente a nuevos escenarios, manteniendo la motivación y cohesión del equipo incluso a distancia.
- Empatía: La capacidad de entender y atender a las realidades de los miembros de su equipo, sin caer en el paternalismo, es fundamental. La empatía permite gestionar equipos heterogéneos y multidisciplinares de manera eficiente, motivando y escuchando activamente.
- Fomento de la creatividad y el empoderamiento: Las estructuras más horizontales en las organizaciones requieren líderes que sepan renunciar al control y empoderar a sus empleados para que tomen decisiones y sean creativos. El líder debe proporcionar un entorno de confianza donde los empleados puedan desarrollar nuevas ideas y soluciones.
- Liderazgo visionario y pragmático: Un líder en educación debe ser capaz de influir sin imponer, reflejando valores personales y profesionales, y transmitiendo una visión clara que inspire a todos los involucrados en el proceso educativo
- Comunicación efectiva y capacidad de escucha: Es esencial poder comunicar ideas con claridad y honestidad, creando sintonía entre los diferentes miembros del equipo. La escucha activa es crucial para canalizar opiniones y perspectivas de manera adecuada.
- Generación de compromiso: El líder debe ser capaz de fomentar el compromiso y la participación activa de toda la comunidad educativa, incluyendo a padres y alumnos, promoviendo el trabajo autónomo e independiente.
- Interacción social constante: Mantener un contacto regular y significativo con la comunidad educativa permite conocer y alinear motivaciones, ideas y objetivos comunes.
- Habilidad de persuasión: Utilizar la persuasión de manera efectiva ayuda a unificar criterios y canalizar esfuerzos hacia la colaboración y el trabajo en equipo
Estas cualidades resaltan la importancia de un liderazgo que es tanto inclusivo como orientado hacia el futuro, capaz de navegar y moldear la educación dentro del contexto transmoderno caracterizado por la rápida evolución tecnológica y los cambios sociales.
Mariel Castellanos Adarme 